Por Marcelo R. Cimino Argondizzo
Como es de público conocimiento, desde hace casi un lustro nuestro país viene bregando por incorporar algunas aeronaves de Patrulla Marítima P-3C Orión en condición de vuelo para la Armada Argentina (ARA). Paralelamente, y más allá de las idas y vueltas, la Fuerza continua intentando recuperar dos de los viejos P-3B de su plantilla.
Semanas atrás, el Ministro de Defensa Jorge Taiana, manifestó que si bien hay voluntad por parte de Estados Unidos (USA) de vender a la República Argentina, aeronaves P-3C de surplus. La nueva disponibilidad de ejemplares será entre los años 2024 y 2025. Plazo que por entonces seguramente requiera algún tipo de demora adicional, dado el tiempo transcurrido, en función de cumplir con todas las condiciones de aeronavegabilidad.
En vistas que se buscan aeronaves aún en estado operativo, de manera de poder operar inmediatamente al menos una unidad, así planificar con otros ejemplares un esquema operativo (ej. tres disponibles>dos serviciables).
Desde hace un tiempo, la Armada se encuentra atenta al hecho que la Royal Norwegian Air Force retirará en junio de este año (2023), sus últimos tres P-3C del servicio. Estos patrulleros marítimos se encuentran en un excelente estado de conservación. Los mismos tienen aplicados los procesos estructurales recomendados por Lockheed Martin (ASLEP), mientras que su equipamiento de sensores replicó todas las actualizaciones de la U.S Navy, siendo este de primer nivel.
Por lo pronto, fuentes de cercanas del Ministerio de Defensa nos señalaron que, durante el transcurso del mes que viene (marzo 2023), el gobierno noruego formalizará una propuesta al gobierno argentino por dichos patrulleros.
En la actualidad, los noruegos se encuentran en pleno el proceso de transición hacia sus nuevos P-8A. Los nórdicos ya han recibido sus cinco Poseidón ordenados, mientras que tres P-3C continúan en servicio desde Andøya, hasta llegado el verano europeo.
Como mencionáramos más arriba los cuatro ejemplares primigenios P-3C noruegos, recibieron a mediados de la década pasada, la intervención ASLEP (Aircraft Service Life Extension Program).
Cabe agregar que, el proceso ASLEP de Lockheed Martin consiste en el reemplazo de las alas exteriores, del ensamblaje de la superficie inferior del ala central, el estabilizador horizontal, los bordes de ataque del ala y del estabilizador horizontal junto a varios carenados. Paralelamente, se reemplazan todas las estructuras aleatorias que limitan la vida útil por exposición a la fatiga, reduciendo significativamente los costos de mantenimiento y sostenimiento. Además se emplean nuevas aleaciones que logran aumentar hasta cinco veces la resistencia a la corrosión.
En la medida que se formalice la propuesta, nos extenderemos en datos y en el análisis.
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