Por Marcelo R. Cimino Argondizzo
El pasado martes 5 de julio, se produjo de la reunión entre el embajador de los Estados Unidos, S.E. Marc Robert Stanley y los miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto, del Senado de la República Argentina. Durante la misma, el embajador Stanley mantuvo un fluido intercambio con los funcionarios argentinos, sobre los diversos puntos de interés de la nación del norte.
Dado el contexto internacional, entre los temas relevantes destacaron la necesidad mundial de alimentos y energía, la potencialidad de nuestro país en satisfacer esas necesidades, junto con la manifiesta admisión del deseo del Gobierno de Estados Unidos, de participar con sus empresas. Entre otras inquietudes, los legisladores argentinos le recordaron al embajador «la cuestión Malvinas» y la negativa británica a cumplir el mandato de la ONU, referido a reestablecer las negociaciones respecto a la soberanía argentina sobre el archipiélago, usurpado desde el 3 de enero de 1833.
La respuesta de Stanley fue: “Me di cuenta de que Malvinas es un tema muy emotivo para ustedes. Odio esa disputa por varias razones. No podemos venderles armas a la Argentina que contengan partes británicas. Además, el conflicto impide que haya más inversiones inglesas en la Argentina”
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Más allá de la aparente inconsistencia de la respuesta, se observa una admisión inédita por parte del funcionario estadounidense.
Asumiendo nuestras limitaciones, a la hora del análisis referido a política internacional, no podemos dejar pasar por alto, la referencia explícita y fuera de registro público en lo referente al suministro de sistemas de sistemas de armamento.
Nuestra Nación se encuentra analizando la incorporación de material aéreo de combate, siendo Estados Unidos , un oferentes de referencia casi «obligada». El país del norte no suele dejar pasar una «coma» al respecto, sin hacer notar su presión y/o, en el mejor de los casos, realizar fuertes lobbies en favor de sus productos y empresas. Tal es así, que las propuestas estadounidenses a las necesidades argentinas, formuladas en los últimos 2 años, han sido (solo en materia aeroespacial): sistemas como el A/F-18 Hornet Legacy (ex kuwaitíes) y F-16 A/B MLU (ex daneses).
Desde este humilde espacio, hemos tratado de aportar elementos de análisis respecto a ambos sistemas ofrecidos. A través de las investigaciones publicadas, creemos haber podido dar acabada cuenta de la enorme cantidad de horas y años de uso de los sistemas ofrecidos, visibilizando además, la problemática logística implícita, en la eventual adquisición de las ofertas estadounidenses. Al tiempo de dar por descontado el nulo aporte que ellos supondrían para con nuestra gloriosa Fuerza Aérea Argentina.
- Los F-16 A/B MLU daneses ofrecidos a la FAA -1° Parte-
- Sobre los F-16 A/B MLU daneses ofrecidos a la FAA -2° Parte-
- F-16 A/B MLU daneses ofrecidos a la FAA – 3°Parte (FINAL)
Donde dejamos en claro que, si el camino a seguir es el sistema es el Lockheed Martin F-16, solamente las estructuras de los actuales Viper Block 40/52, permiten admitir un proceso SLEP (Service Life Extension Program). Más la estandarización de equipos y sistemas con el F-16 Block 70, actualmente en fabricación. Previendo que el sistema operará mínimamente hasta 2048.
Al momento de escribir estas líneas, Estados Unidos no mejoró la oferta, manteniéndose aún la propuesta de los Viper daneses. Que dicho sea de paso, extendieron la fecha de caducidad del sistema a 2027 por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Aunque esa fecha era previsible al momento del análisis, dado que el IOC de sus nuevos F-35, recién será en 2027.
Además, en nuestras entregas anteriores, también señalamos que la Fuerza Aérea Argentina, busca hacerse de un sistema de cuarta generación, cuya plataforma disponga de equipamiento de quinta generación (4°++), mediante el cual encarar los próximos 40 años. Siendo una condición sine qua non, que el sistema adoptado sea sostenible en todo su ciclo de vida, con un costo de operación razonable y soporte logístico asegurado.
Tras los dichos del embajador Stanley, se entiende que Estados Unidos no se mueve de la propuesta por F-16 A/B MLU (sin armamento)
¿Los motivos? En primer lugar; no tener problemas con su mayor aliado militar. En segundo término, porque la respuesta logística para los posible Viper argentinos se limitaría al AMARG, puesto que BAE Systems no solo es un proveedor histórico(1) del Sistema de Armas F-16. Sino que además ostenta un contrato multimillonario, de tipo ID/IQ (Indefinite Delivery/ Indefinite Quantity), con el gobierno estadounidense para apoyar la flota mundial de aeronaves de combate F-16. Y en tercer lugar que, hoy BAE Systems tiene aún mayor participación, tanto en equipos como sistemas, para la nueva serie de F-16 Block 70 y los Block 40/52 sometidos a SLEP + Modernización.
De donde se puede deducir que, es muy difícil que la República Argentina pueda acceder a un F-16 «decente». No tenemos opciones. Es hora de afrontar desafíos y abrir el juego a nuevos proveedores.
(1) «BAE Systems is a market leader in the design, development, production, and support of highly reliable Flight Control Systems (FCS) for commercial and military aircraft. We were the first to introduce FBW in military applications (F-16/F-18) and civil applications (A310). Today, our commitment to innovation continues with the development of an Active Inceptor System that enables tactile cueing for pilots.» https://baesystems-ps.com/pdf/cas_brochure.pdf
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