El 1 de marzo pasado, el presidente Putin declaró que Rusia había probado con éxito un misil nuclear de nueva generación: el Sarmat o RS-28. El nuevo misil balístico intercontinental va a suplantar a su predecesor, que ya tenía 25 años, y era conocido como RS-20 Voievoda. El nuevo misil tiene un peso de 200 toneladas, propulsado por cuatro motores RD-263, tiene una carga de 10 toneladas, capaz de cubrir 17.000 km antes disparar sus mortífera carga. Cada misil cuenta con al menos 15 vehículos de reentrada múltiple e independiente, y tiene un rendimiento entre 150 y 300 kilotones, lo suficiente como para hacer un cráter del tamaño del Gran Cañón del Colorado. El RS-28 alcanza los 7000 km/h de velocidad en la fase de reentrada, funciona con el sistema de posicionamiento global GLONASS y astronavegación. Se espera que entre en servicio y esté disponible para ser desplegado a partir de 2020.
El RS-28, puede lanzarse desde silos reforzados, atacar América del Norte desde un ángulo inesperado y arrasar sus sistemas de defensa. Teniendo en cuenta su capacidad de portar entre 10 y 15 cabezas. El Sarmat se caracteriza por poseer velocidad hipersónica (superior a Mach 5) y cambio de rumbo y de altitud como método de autodefensa, dificultando su interceptación con los medios antibalísticos actuales.Otra mejora que posee el Sarmat respecto a otros sistemas de misiles, es su gran precisión, que duplica la de los actuales misiles intercontinentales rusos.